El farol que no salió bien

El arte de la guerra es a menudo el arte del engaño. Decir aquello de que la primera víctima de un conflicto bélico es la verdad suele hacer referencia a la propaganda mediática que se lanza a un lado y a otro de la trinchera, pero también tiene mucho que ver con la inteligencia, el mundo de los espías y los agentes dobles que actúan en la retaguardia con la intención de influir en la vanguardia, en el campo de batalla y, en definitiva, en la evolución de la contienda. Conseguir que el enemigo crea que tu ejército va a avanzar por este camino cuando en realidad va a ir por este otro o que va a poner en práctica esta estrategia cuando tiene pensado utilizar aquella otra puede resultar definitivo para el desenlace del enfrentamiento. Por eso Fernández Romo anunció el viernes a bombo y platillo que su equipo iba a salir a atacar en Ipurua. Era sólo un farol, un elemento más del arte de la guerra, ya que el domingo quedó claro que su prioridad fue armar un buen ...