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Mostrando entradas de septiembre, 2022

El farol que no salió bien

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El arte de la guerra es a menudo el arte del engaño. Decir aquello de que la primera víctima de un con­flicto bélico es la verdad suele hacer referencia a la propaganda mediá­tica que se lanza a un lado y a otro de la trinchera, pero también tiene mucho que ver con la inteligencia, el mundo de los espías y los agen­tes dobles que actúan en la reta­guardia con la intención de influir en la vanguardia, en el campo de batalla y, en definitiva, en la evo­lución de la contienda. Conseguir que el enemigo crea que tu ejército va a avanzar por este camino cuan­do en realidad va a ir por este otro o que va a poner en práctica esta estrategia cuando tiene pensado utilizar aquella otra puede resul­tar definitivo para el desenlace del enfrentamiento. Por eso Fernández Romo anunció el viernes a bombo y platillo que su equipo iba a salir a atacar en Ipurua. Era sólo un farol, un elemento más del arte de la gue­rra, ya que el domingo quedó claro que su prioridad fue armar un buen ...

Relato de un asedio

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«Desayunad bien porque esta no­che... ¡cenaremos en el infierno!». La arenga que Leónidas, en la piel de Gerard Butler, dedica a sus 300 espartanos en la película de Zack Snyder antes de enfrentarse a Jer­ges I y a sus más de 100.000 solda­dos bien se pudo oír en el vestuario del Racing durante el descanso del partido del pasado domingo contra Las Palmas. Esa colección de gue­rreros seleccionados entre lo mejor de Esparta sabía que iba a morir del mismo modo que los jugadores ver­diblancos intuían que iban a perder. Pero ambos aguantaron. La alianza de las polis griegas frenó el avance del imperio persa y el equipo de Fer­nández Romo mantuvo el empate e impidió que su potente rival per­forara su portería. Ambos salieron reforzados, con su orgullo poten­ciado y con la comunión que suele surgir cuando muchos comparten un enemigo común. Los espartanos metieron al nume­roso ejército persa en la encerrona de Las Termópilas como manera de compensar su clara inferioridad nu­mérica. Lo que ...

De actor secundario a principal

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A veces sucede que el gran reclamo de una película es un actor o una actriz que tarda prácticamente una hora en aparecer. Se hace de rogar y, aunque se hable de él, condicione todo lo que está sucediendo y, a la larga, pueda ser incluso el personaje más importante de la historia, se mantiene oculto. Se juega con el misterio que acaba rodeando su enigmática figura para que al espectador le entren ganas de verle por fin, de saber cómo es, cómo actúa y cómo ha llegado a ser quien es. Llegar hasta él se puede llegar a convertir en un proceso que cambia para siempre a quien lo emprende.  Richard Harris, en 'Sin Perdón'. Hay otras veces en las que ese personaje teóricamente secundario no es tan importante en la trama pero, a la larga, se acaba convirtiendo en el centro de atención. Puede ser por el poder de atracción que tiene de por sí gracias al guión o por una recordada actuación del actor o de la actriz que le da vida. Éstos acuden al primer día de ensayo con un papel con pocas l...