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Las fiestas del Racing de Luhrmann

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Es una cuestión de estilo, una manera de hacer las cosas, de saber bien cuáles son tus virtudes y tus defectos y funcionar a partir de ahí. Hay que elegir: crear a partir de un ritmo endiablado, de enloquecer el juego, de convertir un partido de fútbol en una montaña rusa, o bien apostar por mantener el control, por que pasen pocas cosas y se desarrollen los acontecimientos de forma pausada para que nada ni nadie se desboque. Se puede ser Baz Luhrmann o se puede ser Carl Theodor Dreyer; Brian de Palma o Abbas Kiarostami; Rodrigo Sorogoyen o Víctor Erice; Orson Welles o John Ford. Parece claro que el Racing ha apostado por ser de los primeros porque sus partidos se han convertido en un artefacto endiablado con mucho juego en las áreas, muchas llegadas y, sobre todo, muchos goles. Diez se han celebrado sólo en sus dos últimos partidos y ambos los ha ganado. Jugar con fuego parece que le viene bien. Hay a quien las películas de Baz Luhrmann, director de ‘Romeo + Juliet, ‘Moulin Rougue’ o ...

El duelo rentable

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El Racing - Sporting lo tenía todo para triunfar, para convertirse en el enorme partido que finalmente fue. Fue una suerte porque no siempre sucede así. Hay veces que la reunión de una serie de buenos ingredientes no se transforma en una receta exitosa. Le sucedió a Ridley Scott en una de sus últimas películas. Puso en el plato todo lo que tenía que poner para fabricar un éxito pero firmó un fracaso. Perdió dinero y ya sólo le queda esperar a que el paso del tiempo convierta ‘El último duelo’ en una película de culto. Que le suceda, en definitiva, como le sucedió con Blade Runner, que fue ganando peso y trascedencia en el vídeoclub tras pasar por los cines sin pena ni gloria. Lo que diferencia ‘El último duelo’ de ‘Blade Runner’ es que esta última no estaba llamada al éxito. Era una película rara dirigida por un director que acababa de empezar y con un ritmo muy particular. Nadie se tiró por la ventana al comprobar que no hacía dinero. La primera, en cambio, apuntaba directamente a los...

El peligro del principio feliz

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Cuando al principio de una película todo es perfecto, es que es de terror. Por eso sabemos que todo se va a torcer en la siguiente escena. Algo así venía a decir Santiago Segura en su última película veraniega, una más de las que viene realizando de manera puntual para hacer caja con los más pequeños en cada periodo estival. Se tituló ‘Vacaciones de verano’ y, como bien decía, comienza bien y, aunque está lejos de convertirse en una obra terrorífica, sí acaba sumiendo a los protagonistas en una serie de embrollos que justificaban, en teoría, el precio de la entrada. Son películas que parece que gustan porque nunca faltan a su cita y recaudan ingentes cantidades de dinero, pero justo es reconocer que a otros, en efecto, les acaban pareciendo obras de terror que están obligados a tragarse por diferentes circunstancias. La afirmación de quien fuera Torrente responde a una realidad. Sobre todo, cuando se habla de películas de casa encantada o incluso de las llamadas ‘slasher’, aquellas en ...

Como amabas El Sardinero

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Dicen que la primera impresión es la que queda, de ahí la importancia de una buena presentación. Sin embargo, las despedidas son igual de importantes porque cierran un capítulo de nuestra existencia y el fin de una relación entre dos o más individuos. Saber hacerlo bien dignifica el momento compartido entre ambos y decide en qué lugar de la memoria se va a guardar el recuerdo que han fabricado juntos. Por eso el Racing quería hacerlo bien con ese puñado de futbolistas que el pasado domingo jugaron su último partido con la camiseta verdiblanca y que habían sido pilares fundamentales en el ascenso del curso pasado. Lo consiguió. La afición pudo cogerles por la solapa y, como Alfredo a Totó en ‘Cinema Paradiso’, darles un sabio consejo con el que caminar en el futuro: “Hagas lo que hagas, ámalo, como amabas la cabina del Paraíso”. El Paraíso ahora ya no era un cine, sino un campo de fútbol: El Sardinero. A todos ellos les habría gustado continuar porque han sido felices en el Racing. Incl...

Una despedida a la altura

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 Hay amistades que ni el paso del tiempo ni la distancia estropean. “Amigos que sabes que son para toda la vida”, como precisa Kenneth Branagh en los primeros segundos de ‘Los amigos de Peter’, la película que dirigió en 1992. En ella narra el reencuentro de un viejo grupo de incondicionales durante el que, a partir de sus diálogos y de las diversas situaciones que se producen, se entrecruzan el pasado y el presente. Como sucederá el domingo en El Sardinero. Se celebrará el punto y final a una temporada que ha cumplido todas sus promesas pero también se hablará del pasado, de aquello que fuimos y de aquello que nos permitió ser lo que somos; del ascenso de hace un año, que estuvo protagonizado por algunos de los jugadores que aprovecharán el último partido del curso para despedirse. Y no son gente que deba macharse de cualquier manera. El espectador no conoce hasta el último acto de la película de Branagh que, en verdad, la reunión de amigos se debe más a una despedida que a un ree...

El maestro que guía al héroe

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La figura del maestro es fundamental en el esquema que traza ‘el camino del héroe’, el mismo sobre el que se han levantado buena parte de las obras de ficción a lo largo de la historia. Es quien le guía, quien le da las directrices correctas para alcanzar su objetivo; es Gandalf en ‘El señor de los anillos’, Atenea en ‘La Odisea’, Morfeo en ‘Matrix’ o José Alberto en el Racing. El encuentro entre estos dos últimos marcó un antes y un después en la temporada de tal manera que el equipo prácticamente ha doblado sus registros. Si con Fernández Romo sumó 18 puntos en veinte jornadas, con su actual entrenador 33; si con uno marcó diez goles, con el otro 26. “Cuando Pablo (Álvarez) y yo estábamos pensando si aceptar la propuesta que nos hizo el club vimos que necesitaríamos hacer una segunda vuelta de playoff para salvar al equipo y lo hemos conseguido”, recuerda el nuevo líder del racinguismo. Y es verdad porque contando sólo el tiempo que ha estado al frente de la nave sería tercero empata...

Como si no estuviera pasando nada

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Mientras afuera, a un puñado de metros, se vivía el caos y una cierta desesperación, dentro la vida transcurría con normalidad, como si no sucediera nada. El partido de fútbol arrancó a la hora señalada y en seguida llegó un gol, pero buena parte de los racinguistas que se habían desplazado a Miranda y que habían pagado un dinero importante para disfrutar del espectáculo se lo perdieron. Unos cantaban y celebraban y otros se mordían las uñas y se cabreaban de pura frustración. Sólo les separaban unos metros, pero unos estaban a un lado de la frontera apelotonados y esperando a cruzar la valla y otros al otro. Como la vida misma. El racinguismo organizado se ha quejado del maltrato que recibió por parte del Mirandés. No lo entienden. Y tampoco que nadie tomara la iniciativa de retrasar el espectáculo hasta que todo aquel que había pagado su entrada y que había acudido con tiempo a la puerta estuviera acomodado en su asiento. El programa de festejos continuó como si todo estuviera salien...