La identidad perdida del Racing
Como Travis Henderson caminando por el desierto al son de las eternas notas de guitarra de Ry Cooder en el inicio de ‘Paris Texas’, la película de Wim Wenders. Así camina el Racing: delgado, desorientado, con una gorra roja y síntomas de una evidente deshidratación; con quemaduras, sin saber de dónde viene ni a dónde pretende llegar. Era un equipo antes del parón y ahora es otro. Es como si se hubiera dado un fuerte golpe y no se acordara de nada. Sufre amnesia, necesita ayuda. Quiere saber quién era para, de esta manera, retomar su propia vida.
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Travis, protagonista de 'París, Texas'. |
Da la sensación de que hay un parásito que se ha metido dentro del cuerpo del conjunto cántabro para arrebatarle su mejor virtud y dejarle sólo con sus carencias. Le ha cambiado como el hotel cambia a Jack Torrance, el protagonista de ‘El resplandor’ al que dio vida Jack Nicholson en la película que firmó Stanley Kubrick a partir de la novela del mismo título de Stephen King. A éste nunca le gustó, le enfadó. Entendía que en la adaptación cinematográfica se intuía desde el principio que el padre de familia estaba mal de la cabeza. El novelista, en cambio, tal y como había hecho en su obra, prefería presentar primero a un tipo más o menos como los demás y amante de su familia al que el hotel va aplastando y destruyendo haciéndole perder el sentido de lo moral. Algo cambió al Racing cuando se pasó quince días sin competir. Para él ha sido como pasarse un invierno en ese hotel perdido en mitad de la montaña durante el invierno.
Lo que le sucede al protagonista de 'El resplandor' es más o menos lo que le sucede a la familia protagonista de ‘La semilla del diablo’ desde que nace el bebé de Rosemary. Cambian los vecinos, va cambiando el marido e incluso ella, la protagonista principal a la que da vida Mia Farrow, nota que cambia. Puede ser cosa del demonio o también de unos extraterrestres, como sucede en la infravalorada ‘The faculty’, de Robert Rodríguez. Un parásito venido del más allá y que parece un pulpo infecta a profesores y alumnos tomando el control de sus cuerpos. Quizá algo así le sucedió el pasado domingo a Pol Moreno para hacerle perder el control, para pasar de ser un defensor que es todo fiabilidad a otro que hacía temblar las piernas de todos los presentes.
La desorientación que vive el Racing también puede ser causada por un episodio amnésico, recurso que tantas veces ha utilizado el cine. Se trata de un trastorno de la memoria que, por ejemplo, ya fue utilizado por Alfred Hichcock en ‘Recuerda’, por Pixar en ‘Buscando a Nemo’ con el personaje de la inolvidable Dory o por Christopher Nolan en ‘Memento’, película con la que su director se estrenó en el circuito comercial. Su protagonista (Guy Pearce) sufre pérdidas de memoria inmediata y para acordarse de quién es, de la razón por la que había terminado en un lugar o por qué había quedado con tal persona, se tatúa la piel con frases que le recuerdan rasgos de su propia existencia o llena su casa de papeles con pequeños mensajes.
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El Racing no estuvo a la altura ante el Lugo. |
La pérdida de memoria es lo que mueve a la saga ‘Bourne’ que tiene a Matt Damon como protagonista. Bebe mucho de James Bond del mismo modo que éste terminó bebiendo de personaje creado por el novelista Tom Clancy. Su influencia ha sido enorme y, de hecho, las escenas de acción y, sobre todo, las persecuciones de coches tienen desde su aparición una referencia a partir de la cual medirse. El protagonista aparece un día sin saber cómo ha llegado a un barco, cómo se llama, quién es o de dónde es. Quizá había sido un buen defensa pero se le olvidó defender. A saber. Él nunca ha tenido relación con sus jefes porque a los espías siempre se les niega el contacto con el poder, con quienes les ordenan misiones delicadas e incluso ilegales.
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Olvídate de mí. |
A buen seguro que el Racing quiere recordar por qué le iba bien siendo quien era. Llegó a alzarse hasta la décimo cuarta plaza, llegó incluso a animar a sus aficionados más optimistas a pensar en objetivos ambiciosos porque para eso está el fútbol, para vivir en una montaña rusa. Ahora toca bajar pero lo que ha de hacer durante la bajada es encontrar la manera de saber quién era, a dónde quería ir o cómo quería conseguirlo. De paso, quizá, es posible que haga como el protagonista de ‘Desafío Total’ y visite ‘Memory Call’, la empresa capaz de implantar falsos recuerdos. Es posible que pida que, además de volver a ser el equipo que defendía tan bien, pase a ser un equipo que ataque igual de bien porque no sólo hay que evitar que te marquen, sino que también hay que marcar. Por desgracia, el fútbol tiene dos porterías y hay que tener ambas en cuenta.
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